Wiki Enciclopedia del misterio
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ANILLO DE PEDOFILIA PROTEGIDO POR EL GOBIERNO A NIVEL MUNDIAL.

En el mundo, el índice de niños extraviados y secuestrados va ascendiendo a niveles alarmantes. ¿Adonde van estos niños?, lo más posible, es que vayan directo a centros del crimen organizado y vayan a caer en manos de gentes sin escrúpulos y de trata de blancas. Los casos que a continuación presentamos son específicamente de México, país que después de haber aprobado la Contrareforma energética y todas las demás contrareformas, ha caído en desgracía y se ha quedado sin soberanía, anexándose totalmente a los intereses del ASPAN y TLCAN. Es en este país donde la barbarie de la pedofilia y los pactos con el poder están gravitando en terrenos tan tenebrosos como insospechados. El poder del PRI se mantiene intacto y en efervesencia, más compacto y peligroso que nunca. Lo que a continuación se presenta son los casos más podridos de un país en decadencia que no hacen mas que constatar lo que en este blog hemos venido diciendo: el gobierno en la sombra se mantiene soterrado e intacto en la cúspide del poder.

La Deep Web. 

Desde el portal de GranMisterio.Org el webmaster nos habla de lo que es la Deep Web, un submundo de basura y de impunidad, donde los pedófilos y criminales más peligrosos se ocultan y comunican.

DeShock Hackers Revelan Red Que Vía Morelia Alquila Niños Para Violarlos Desde 4Mil Dólares.[]

Lo que a continuación leerás parece sacado de un filme de terror, “peor que la película el Hostal” diría uno de los involucrados, y ojalá fuera así, pura ficción, pero tristemente hay indicios de que es real, existe, y no podemos cerrar los ojos.

El abuso sexual infantil, la pedofilia, es uno de los delitos más aberrantes, y hackers michoacanos identificados con el grupo Anonymus han descubierto, denunciado y revelado lo que parece ser un canal de comunicación de una red de contactos entre pedófilos con centro de operaciones nada menos que en Morelia, y que brinda “servicios” exclusivamente para el DF, Guadalajara y Monterrey aparte de la propia capital michoacana.

Según los datos revelados, esta red sustrae, o compra, niños menores de 11 años los cuales son alquilados o vendidos para ser violados y abusados sexualmente por cuatro mil dólares (unos 52 mil pesos); o comprados como esclavos sexuales por 10 mil dólares (130 mil pesos), e incluye ciertas normas de protección para evitar ser atrapados por las autoridades.

El contacto de la “operación” se inicia en Morelia vía telefónica. El menor que será “comprado o rentado” puede ser traslado a dónde el pedófilo lo desee o cometer el crimen en algún hotel del centro del Distrito Federal.

Uno de los canales de comunicación de estas redes de criminales se encuentra en la llamada “deep web”, la Internet subterránea, a la cual se accede mediante redes como The Onion Router (TOR) en la que el anonimato del cibernauta es total, y donde precisamente, como parte de la investigación de carácter activista en el marco de #opPedofilia los ciberhacktivistas detectaron el sitio ”Hurt 2 the core”, el cual a pesar de que ya ha sufrido ataques de Anonymous se ha vuelto a reactivar.

Lo increíble es que pese a las evidencias que se muestran, las cuales desde hace dos semanas han sido remitidas al Consejo de Seguridad Nacional, el cual lo mandó al área cibernética de la Policía Federal, el sitio sigue funcionando, como este medio lo comprobó la noche de este sábado.

Es por ello que, ante la falta de acciones concretas de las corporaciones de seguridad, los hackers entablaron contacto con algunos medios para difundir el caso y que las autoridades actúen de manera inmediata. Tal vez así se activen.

Dentro de “Hurt 2 the care” refieren los denunciantes: “Nos llamó la atención un subforo denominado Child Sex & Prostitution y al accesar se localizaron títulos de tema haciendo referencia a países en específico y entre ellos se encuentra México. Y se comenzó a dar seguimiento al único tema relacionado con México en el cual no hay ninguna fotografía pero sí testimonios…”


Este medio de comunicación decidió publicar de manera íntegra el diálogo del chat que proporciona los desgarradores e inhumanos detalles de cómo se realizan las “operaciones” de estos pedófilos, pues es tal vez la única forma de ilustrar las escenas aberrantes que pudieran estarse dando en estos mismos instantes, mientras estamos detrás de nuestra computadora. Sin embargo, no está de más advertir que el lector hallará un lenguaje crudo propio de seres inhumanos.

Se trata de diálogos entre el usuario “horny ivan” quien funge como contacto, y da detalles y especificaciones, tanto a extranjeros como a nacionales, de la forma de hacer “el trato”, el cual luego de iniciarse vía telefónica desde Morelia, se acuerda el pago mediante depósito bancario tras lo cual la organización criminal (que no tienen alguna denominación) envía un “catálogo” para que el pedófilo escoja a su víctima y en un plazo de tres días su “pedido” le es enviado.

¿Y de quién son esos niños victimizados? es la pregunta que uno se hace, la respuesta está en la conversación del contacto principal del chat quien le responde a otro usuario: “No te preocupas por papas ni por nada, esos niños son extraídos o comprados con el único fin de darnos placer, no son niños de la calle ni nada por el estilo, están limpiecitos y recién estrenados..”

La piel se eriza y la mente entra en shock cuando en un momento de la plática se menciona el asesinato de tres niños de 2, 4 y 6 años a causa de las violaciones del pedofilo “horny ivan” quien refiere que por cuestiones de seguridad cambió su username a babysnuff2013. Aún siendo un relato ficticio, ¿qué mente puede recrear algo así?

Algunos datos fueron censurados para no entorpecer las investigaciones que se supone, ya realiza la división cibernética de la Policía Federal:

Conversaciónes Enfermizas de usuarios de la Deep Web en México.








Las referencias de prostitución infantil y abuso a menores se han detonado desde la década pasada luego de que investigadoras detectaran incremento de la explotación sexual infantil en los municipios costeros de Lázaro Cárdenas, Arteaga y Apatzingán.

Desde el 2006 y en varias ocasiones posteriores Teresa Ulloa Ziáurriz, directora regional de la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATW, por sus siglas en inglés), ha denunciado este negocio ilícito e inmoral que en México deja al año ganancias superiores a 15 mil millones de dólares. El gobierno local no posee cifras del impacto del problema.

Ulloa Ziárurriz señala que Michoacán ocupa los primeros lugares del país en explotación sexual. En prostitución infantil, la entidad ya se equipara a ciudades como Tijuana, Juárez, Nogales y Tapachula.

En agosto de 2008 fue detenido en tierras michoacanas Jon Savarino Schilacci, considerado como uno de los 10 fugitivos más buscados por el Federal Boreau of Investigation (FBI), y quien fue asegurado en Michoacán por personal de la delegación en la entidad del Instituto Nacional de Migración (INM).

Las autoridades estadounidenses le achacan a este hombre la producción de al menos el 20%de la pornografía infantil que circula por Internet, ya que se presume cuenta con amplios conocimientos en sistemas computacionales.

La detención se realizó en el barrio de “El Durazno” del municipio de San José de Gracia, ubicado a unos 250 kilómetros de la capital del estado.

LA EXPERIENCIA DE TEO.


Teo ha intentado en tres ocasiones ser parte del crimen organizado y no ha podido. La primera fue trasladando droga, la segunda como espía y la tercera como golpeador; ninguna funcionó hasta que encontró una mina de oro en México: la venta de pornografía infantil.

Por Óscar Balderas, Revolucion 3.0 

Esta es la historia de un criminal con aspiraciones empresariales y la segunda parte de un especial deRevolucióntrespuntocero sobre abusadores en un país negligente con su niñez.

Acto 1.


El hombre que tengo enfrente es un demonio que bosteza. En la estación del infierno que construyó en la vía pública, a las 10 de la mañana, se le mira aburrido, como si lo que hace no costara 13 años en la cárcel y los policías no le rondaran, a cada rato, frente a sus ojos.

Dentro de su negocio ilegal, consume con gesto fastidioso una sopa de fideos fría, servida en un plato de unicel, mientras responde lacónico el precio de sus productos. “Ese 20 pesos… ese tiene dos discos, cuesta 30… ese es un BluRay, son nuevos, cuestan 40 pesos”.

Cuando se han ido los cuatro clientes, y quedamos por fin solos, le hago esa pregunta que no me he atrevido a pronunciar en los 20 minutos que llevo rondando su puesto viendo las carátulas de sus discos: cuánto cuestan esos de los que me habló ayer, un par debidamente empaquetado en cajas negras con videos de violaciones reales de niños.

Específicamente: niñas y niños mexicanos, menores de 12 años.

“Ah… esos… todavía están armando los videos. Les faltan unos, date una vuelta la siguiente semana”, responde, como si fuera un vendedor de ropa sin inventario, en lugar de un vendedor de pornografía infantil.

“¿Me juras que son reales?”, pregunto, con la sangre subida a mi cara. “Sí, hombre, ya te dije que sí. Los vas a oír, se ponen a llorar y todo ese desmadre”, me dice y parte un bolillo para seguir comiendo.

Lo examino: cuerpo fibroso, moreno, tatuado en ambos brazos, mide 170 centímetros cubiertos apenas por una playera blanca de tirantes y unos jeans gastados, imitación de una marca de lujo. Está sentado al fondo del puesto ambulante, con un cigarrillo de marihuana humeante que aspira de vez en cuando, aburrido, muy aburrido.

“¿Y qué es eso de que todavía los están armando?”, cuestiono de nuevo. “Pues que aún no encuentran a los niños. Eso tarda. Hay que ‘wacharlos bien’… por eso cuestan 200 pesos cada uno”, dice como si fuera una obviedad que las violaciones reales cuestan cuatro veces más que un video de abuso sexual a menores “normal”.

“Ya te dije, ven la siguiente semana. Me espantas a los clientes con tus preguntas. Eres bien ‘balcón’”.
Doy la vuelta. A esperar 7 días para volver a este puesto ubicado en la calle Florida, a 100 metros del Eje 1 Norte, en el barrio Bravo de Tepito.

En el corazón del centro de la Ciudad de México.

Acto 2.


Le dicen Teo, tiene 38 años, nació en Michoacán, estudió hasta la secundaria y dice que toda la vida ha sido pobre. Otra cosa: también asegura que nació condenado a la mala suerte.

La primera vez que quiso entrar al crimen organizado fue en 2005, cuando estaba en Michoacán y el Cártel del Golfo lo contrató como “bajador” de marihuana rumbo a Acapulco, Guerrero. Le dieron un tráiler cargado de hierba, un mapa, 300 pesos para las casetas y el nombre del hombre que la recibiría en el puerto. No sabía cómo hacerlo, pero las ganas de forrarse en billetes verdes lo convencieron.

En el camino, alguien le aventó una piedra al parabrisas. Se detuvo para buscar al responsable y salieron seis hombres armados entre los matorrales. Después de darle una golpiza, lo obligaron a abrir el tráiler y a pasar la marihuana a otro camión. Si no lo mató el cártel por llegar a Acapulco con las manos vacías fue porque también cargaba con un rostro desfigurado, la prueba que de lo habían “saltado” y había opuesto resistencia para que el “bisnes” saliera.

No lo mataron, pero tampoco le dieron para el hospital. Su única paga fueron 100 pesos para que regresara a Michoacán como pudiera. “Aquí no se te va a pagar por ser pendejo”, le dijeron.

La segunda ocasión lo contrató como “halcón” La Familia Michoacana. Debía vigilar la entrada al municipio Uruapan y avisar si veía militares, policías o extraños en la comunidad, pero una noche fumó tanta piedra que se quedó dormido con el AK-47 en la mano y, cuando despertó, supo que unos sicarios del Cártel del Milenio habían ejecutado a “El Macizo”, su jefe y mando de la plaza.

Asustado por la posibilidad de que creyeran que su error fue deliberado, Teo huyó de Michoacán y se refugió en un cuartucho en la colonia Morelos, donde el grupo delictivo La Unión le dio la oportunidad de ser “cobrador”. Esa era su tercera oportunidad para probar suerte en la mafia: recolectar el derecho de piso de los comerciantes y golpear a quien se negara a pagar la cuota completa.

Lo hizo bien dos meses, pero una mañana, al cruzar el Eje 1 para cobrarle a una señora que vendía licuadoras, un camión lo arrolló. El saldo fue de ambos brazos fracturados, dos esguinces y una nariz rota. Sin fuerza en los puños, Teo se jubiló rápido de “cobrador” y La Unión le consiguió un local para que hiciera dinero y pagara sus cuentas médicas.

La mercancía se la impusieron: pornografía de supuestas parejas teniendo relaciones sexuales en hoteles de Chalco, Iztapalapa, Tlalpan, La Merced, Sullivan, de gordos, chaparros, negros, rubias, bisexuales, todo lo que existiera. Pero lo que más debía mover era marihuana y un negocio en ebullición: la pornografía infantil hecha en México.

Y cuando empezó, a Teo no le molestó que fueran violaciones de niños. Lo único que le importaba es que la cuarta fuera la vencida y que esos discos lo sacaran de pobre.

Intermedio.


Nadie sabe cuánto material físico de pornografía infantil circula en México. Tampoco en la Ciudad de México. Organizaciones dedicadas a combatir la explotación sexual infantil como Unidos Contra La Trata, Infancia Común, Red por los Derechos de la Infancia y CEIDAS desconocen cuántas revistas, panfletos, discos o memorias electrónicas se distribuyen de mano en mano con niños en situaciones sexuales.

Acaso hay un cálculo en internet: 12 mil 300 sitios en México que producen, distribuyen, almacenan y cobran por pornografía infantil, lo que ha llevado al país al primer lugar mundial en este delito.
Las pocas pistas se reducen a esto: la asociación civil Empresarios y Comerciantes Establecidos para la Protección del Centro Histórico (Procentrihco) ha denunciado que el crimen organizado ya comercializa este delito por su alta capacidad para generar ingresos.

Y la distribución sucede a plena luz del día, sin registros ni idea de cuántas personas están involucrados en un crimen que junta internacionalmente 32 mil millones de dólares al año.

Acto 3.


Siete días después, regreso con Teo. Sigue aburrido, con cara de fastidio, metiendo discos en envolturas de plástico que dicen “Sexo de chicas de secundaria” y “Violaciones reales de prepa”.

“Este jale sí deja. Nomás me pongo y luego luego viene la raza, ‘¿de qué trais hoy, Teo?’ y ya les digo lo nuevo que me trajeron los patrones, que de unos morros de Ciudad Azteca, de unas morritas de allá por Satélite. La otra vez traje un disco de puros novios de los Cetis y que cogían harto. No pues se acabó todo en dos horas.

“Hasta un poli llegó y me dijo ‘¿ya tienes de lo que me gusta?’ Y pues le di uno de unas nenas, luego se le antojan de chavos. Va cambiando, en esto de ser perversón no hay mucha diferencia”, asegura.

Apenas ha trabajado cuatro horas y Teo ya lleva una venta de 6 mil pesos, una ganancia que envidian otros vendedores ambulantes… pero ni por eso mueve ese rostro constipado. En el fondo, sólo verá 10 por ciento de las ganancias y el resto irá para la gente de La Unión, quienes le consiguen la mercancía.

“Así no es ‘bisnes’. Se llevan todo. Esto es un negociazo y yo no veo ni madres, ni que fuera su pinche tacuache. No, no, te digo. Yo quiero ser empresario de esta madre”, dice Teo.

Su plan es simple: ahorrar tanto que un día pueda ir con sus jefes a decirle que va a expandir el negocio hasta Michoacán y que les comprará todos los discos que pueda, pero que ya no pagará por el derecho de piso. Tiene lógica, según él: lo que pagara en “impuestos” en La Unión es lo mismo que les dará en cargamentos de discos.

“Allá hay mucho perversón. Mucho loquito. A mi este desmadre no me gusta, a mi me gustan mujeres, no niñas, pero al cliente lo que pida. Allá voy a ser un empresario perrón, fajadote de billete”.

Cuando eso pase, el rostro le cambiará. Se irá el gesto de tedio y vendrá uno sonriente, irónico, desgraciadamente feliz por construir una vida sobre la explotación sexual infantil. Y no habrá sopa de fideo en platos de unicel y puestos ambulantes para él, sino sushi todos los días y nomás pasar a recolectar lo que otros trabajen para él.

“¿Y no te importa?”, pregunto. Alza la ceja. Me mira extraño. Tiene una mirada de “¿me vienes a dar clases de moral, comprador de pornografía infantil?” y se ríe. Se ríe con una voz cavernosa, aflojada por tanta marihuana quemada. “No mames, de todos modos un día todos cogemos”.

A 100 metros de una patrulla del sector Morelos, Teo me extiende esos videos de lo que habló antes, un par debidamente empaquetado en cajas negras con videos de violaciones reales de niños.

Específicamente: niñas y niños mexicanos, menores de 12 años.

“Son dos discos a 200 varos cada uno. 400 pesos”, exige. Tiemblo. Meto las manos en mis bolsillos y saco dos billetes de cien. Se los muestro, niega con la cabeza e insiste. “Son 400, pinche enfermo”. Le digo que sólo traigo eso, pero que me espere y buscaré un cajero.

Sonríe otra vez. Retira los discos. Teo desenrolla su lógica empresarial, esa que le hace buscar en el abuso sexual una vida holgada, que no se parezca a sus intentos fallidos por la mafia.

“Órale, pero si llega alguien antes que tu, lo vendo. Hay un chingo de gente que quiere a estos nenes más que tú. Y te digo que estoy ahorrando”.

La obra.


No volví. Me escabullí en el Metro y esperé dos semanas para volver a aparecerme con el Teo.

En la última ocasión, el pornógrafo aspirante a empresario tenía cinco clientes en su local y el mismo bostezo indiferente ante su actividad. Un día, me prometió, él ya no estará y llevará su estación del infierno a Michoacán, donde los menores indígenas son su mina de oro.

Cuando me vio, apuntó con el cigarro de marihuana y luego señaló un disco, la “reimpresión” del “éxito” que me había querido vender.

Se llamaba “6 a 12 años. Puro México real”.

A continuación reproducimos un caso que no pasó en cadena nacional y se limitó a salir en los medios de la prensa de la nota roja del país, en este caso se puede ver la conexión de las mafias de las Iglesias Cristianas con las redes de tráficos de menores y los albergues que fungen como fortalezas de abusos y maldad.

EL INDIGNANTE CASO DE CASITAS DEL SUR.





Saltillo, Coah.- De la misma manera circunstancial en que quedó al descubierto en 2008 la sustracción ilegal de menores en albergues a los que habían sido canalizados por las propias autoridades en Nuevo León, el Distrito Federal y Cancún, por casualidad fue encontrado en Saltillo uno de los 14 niños de los que se desconocía su paradero desde cuatro años atrás.

Identificado por las autoridades como Julio César “N”, el menor cuenta ahora con 14 años, y no se sabía de él desde diciembre de 2008, cuando su madre intentó conocer las condiciones en que se encontraba en una casa hogar, el Centro de Adaptación e Integración Familiar, A.C. (Caifac) de Guadalupe, Nuevo León, y se le negó verlo.

El caso afloró en 2008, cuando una prima del niño escapó de la casa hogar y denunció que eran víctimas de maltrato; esa denuncia se hizo pública a escasas semanas de que la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal descubriera anomalías en otro albergue similar, “La Casita del Sur”, en donde hicieron un cateo y no encontraron a una niña que había sido canalizada por la propia autoridad y que se negaban a entregarles.

Ambos albergues tenían algo en común, su vínculo con la llamada Iglesia Cristiana Restaurada, a la que a partir de entonces se asoció con una red de tráfico de menores y cuyo fundador, Antonio Domingo Paniagua Escandón, fue detenido en 2010 en España y extraditado a México el año pasado.

El caso pronto fue identificado como “Casitas del Sur” y aunque hubo versiones de un mayor número de desapariciones, las autoridades del Distrito Federal establecieron que 11 menores habían sido sustraídos, y las de Nuevo León reconocieron 3, Julio César, una hermana y una prima.

De la localización circunstancial de Julio César en Saltillo informó la PGR esta semana. Versiones periodísticas indican que también fue encontrada ya su prima, a la que identifican como Diana Lizeth, sin que se conozca hasta ahora en dónde se encuentra su hermana Adriana Guadalupe.

La información de los hechos es escasa, confusa y hasta con versiones encontradas, pero indica consistentemente a lo mismo: Julio César fue encontrado por casualidad, su ubicación no es producto de trabajo alguno de investigación.

Aquél niño que desapareció hace cuatro años, y que hoy es un adolescente, escapó de la casa en que se le retenía en Saltillo, y aunque hay versiones de que la Procuraduría de la Familia le encontró vagando por la ciudad, otras indican que fue canalizado a esa instancia por una trabajadora social de la Unidad Médica de Atención Ambulatoria del IMSS que se ubica en el Centro Metropolitano, a donde el menor llegó pidiendo ayuda.

Julio César habría dicho en la Procuraduría de la Familia que se le trajo a Saltillo de un albergue en Nuevo León, y por ello se contactó al DIF de aquél estado, les fue entregado y pronto las autoridades descubrirían que se trataba de uno de los tres niños que desaparecieron del Caifac, por lo que dieron aviso a la PGR, pues el asunto está desde hace meses en jurisdicción de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo).

No hay precisión respecto a desde cuándo y dónde se tenía a Julio César; hay versiones que indican que en la colonia San Ramón, otras que en La Palma. Ambas, en todo caso, se ubican al oriente de Saltillo, muy cercanas a la unidad del IMSS en la que el menor pidió ayuda.

Las dos colonias y la unidad médica se ubican además a escasos metros de las oficinas de la Procuraduría de Justicia; de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado; de la Dirección de Seguridad Pública Municipal; y de otras instancias municipales y estatales vinculadas con la seguridad e impartición de justicia.

Tampoco se ha precisado con quién estaba el adolescente desde que desapareció, pero se dice que podría haber estado retenido por Patricia Murguía Ibarra, quien fuera la directora del Caifac,

Por información que lleve a la localización de Murguía Ibarra, la Procuraduría de Justicia de Nuevo León ofrece desde abril de 2010 una recompensa de 120 mil pesos.

En tanto, la PGR ofrece desde octubre de 2010 una recompensa de 15 millones de pesos a quien proporcione datos que ayuden a dar con el paradero de 14 menores, entre ellos Julio César, su hermana Adriana Guadalupe y su prima Diana Lizeth.

La búsqueda de los menores no sólo se realiza en territorio nacional sino que se ha extendido a Ruanda, Tailandia, El Salvador, Guatemala y Colombia, donde la citada Iglesia Cristiana Restaurada tiene nexos con miembros de su hermandad.

Sin embargo al menos uno de los niños estaba a unos pocos kilómetros de donde desapareció, pero ni siquiera las recompensas ofrecidas estimularon a las autoridades coahuilenses a dar seguimiento aquí al caso.

Tampoco honraron el compromiso que asumió el propio gobernador Rubén Moreira plasmado en su discurso de toma de protesta, cuando señaló: “Una sociedad no puede descansar si no sabe el paradero de todos y cada uno de sus miembros”, y anticipó un programa para prevenir la desaparición, castigarla e investigar en dónde están quienes no han sido localizados.

Cuando Julio César escapó y pidió auxilio fue cuando las autoridades supieron de él. No lo buscaban, no lo encontraron, cuando llegó a las instancias oficiales de inmediato lo enviaron a Nuevo León.

La fecha en que ocurrió tampoco se ha precisado, si el caso salió a la luz pública fue porque la periodista Sanjuana Martínez publicó el domingo 22 de abril en el periódico capitalino “La Jornada” una nota en el que se refirió a la localización de Julio César y su prima Diana Lizeth.

Sanjuana Martínez ha dado puntual seguimiento al tema desde que en 2008 se denunció el maltrato y la desaparición de niños e incluso ha escrito un libro sobre el caso.

En su especial del 22 de abril, la periodista entrevistó a la madre de Julio César y a un hermano de esta, quienes aseguran que el menor les contó haber escuchado a sus captores hablar de la venta de órganos y por eso escapó de la casa en que lo tenían desde hace tres años.

En esa nota también se habla de Diana Lizeth, y se manejan dos versiones, en una que escapó con Julio César, y en otra que los niños ya habían sido separados y cuando salió de donde la tenían tomó un taxi que por 80 pesos la llevó a casa de su madre en Santa Catarina, Nuevo León.

Tras la publicación, hubo un comunicado de la PGR informando que fue localizado e identificado uno de los menores sustraídos y que se realizó un cateo en el domicilio en que se le tenía en Coahuila, el cual se encontró deshabitado y quedó asegurado.

CADENA DE CASUALIDADES.

No sólo la localización de Julio César fue circunstancial. También así se supo de las primeras desapariciones en “La Casita del Sur” en el Distrito Federal.

De acuerdo con documentos de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, el 7 de noviembre de 2008 la Procuraduría capitalina realizó un cateo en la citada casa hogar ante la negativa a entregarles a una niña que ahí había sido remitida por la dependencia, y no se localizó a la menor.

Casi tres meses después, el 28 de enero de 2009, la Procuraduría del DF emplazó a los directivos de la casa hogar a entregar a 76 niños y niñas que habían sido canalizados a ese lugar.

Los niños no fueron entregados, por lo que el 29 de enero se hicieron cateos y se ubicó a 126 menores que quedaron bajo el resguardo del DIF, pero no se localizó a 11, la mayoría canalizados por la Procuraduría.

Así surgió el caso que ahora se conoce como “Casitas del Sur”, y casi en forma simultánea afloró el tema del Caifac en Nuevo León.

Todo afloró en diciembre de 2008, cuando una prima de Julio César, hermana de Diana Lizeth, escapó del Caifac de Guadalupe y denunció malos tratos, por lo que su madre y su tía exigieron ver a sus hijos que aún estaban en la casa hogar, lo cual les fue negado.

Lo que inició como un caso de maltrato infantil pronto se tornaría en algo más delicado: la desaparición de menores, que fue denunciada públicamente y a la que en principio Patricia Murguía Ibarra, directora del centro, respondió a través de un abogado y un vocero, aduciendo que todo había sido orquestado desde el DIF de Nuevo León por una diferencia política.

Incluso el vocero del Caifac, en su pretensión de desvirtuar la acusación por la desaparición de los menores, mostró en una conferencia de prensa un video de una charla, aparentemente sostenida a mediados de diciembre de ese año, entre una funcionaria del DIF y los tres niños, Julio César, su hermana Adriana y su prima Diana.

Ese video está disponible aún en una página del Caifac,http://www.caifac.org/videos/video1.html y ahí se señala: “Los 3 niños Julio, Adriana y Diana, NO están desaparecidos. Están dentro de Caifac porque así lo solicitaron sus propias madres. Las mismas autoridades del DIF y de la PGJE de Nuevo León se entrevistaron con ellos el pasado mes de diciembre dentro de las oficinas de CAIFAC”.

Caifac también negó los vínculos con la Iglesia Cristiana Restaurada, y todavía en febrero de 2010 defendían en internet a Patricia Murguía, quien sin embargo en algún momento desapareció, al igual que los tres menores, por lo que en abril de 2010 la Procuraduría de Justicia de Nuevo León ofreció la referida recompensa de 120 mil pesos por informes para dar con su paradero.

Hoy el caso toma un nuevo giro cuando Julio César escapó del lugar en el que permanecía a la fuerza, aunque por lo pronto se sabe que en la casa donde se le retenía la PGR ya no encontró a nadie y faltaría por establecer si quien lo tenía cautivo era Patricia Murguía o algún cómplice.




Cronología del caso Casitas del Sur. 



PEDOFILIA EN LAS MÁS ALTAS CÚPULAS DE PODER DE ESTADOS UNIDOS Y DEL MUNDO.


La Conspiración del Silencio.


A continuación reproducimos el siguiente video que muestra como los poderosos han estado a cargo de la pedofilia y los anillos de poder que ostentan los mismos. El video iba a ser publicado en cadena nacional pero los intereses en juego evitaron que esto sucediera.

Jalisco Estado Sin Ley.



Procurador del Terror.


Es verdaderamente increible que el Ex-Procurador de Justicia del Estado de Jalisco haya sido un pedófilo consumado que abusaba de niños en sus casas de fiesta como lo constata la revista PROCESO y las denuncias que llovieron en su contra. El infame Tomás Coronado no es el único que ha salido a la luz. La sociedad mexicana tiene grabada a fuego la vergonzosa actuación del caso de JEAN SUCCAR KURI y el empresario textilero proveniente del Libano KAMEL NACIF, cuyas conexiones políticas tienen un alcande nacional con las altas cúpulas del PRI, gobernadores, diputados, senadores, y hasta el actual coordinador del PRI en el Senado, el tristemente célebre Emilio Gamboa Patrón, quien en estos momentos cabildea en la cámara alta y recientemente ha aprobado la reforma entreguista de PEMEX.


Hasta aquí dejamos los casos más brutales y significativos con respecto al tema. La perspectiva de que el poder corruptor dirige la pedofilia a nivel mundial es reforzada por insiders Illuminati como CathyObrien en su libro "La Tranceformación de América", y los dos libros de Fritz Springmeier aqui publicados.

Motorhead. "No dejes que Papá Me bese".

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