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Belfegor-portada

Belfegor es uno de los llamados “Siete Príncipes del Infierno”. Él es el demonio de la pereza y todas las manifestaciones que la acompañan: la desidia, el conformismo, la comodidad que conduce a la inercia de la mediocridad. Conocido también como “El Señor de la Apertura”, Belfegor suele incitar a caminos fáciles y poco éticos.

Belfegor es uno de los llamados “Siete Príncipes del Infierno”. Él es el demonio que encarna el vicio de la pereza y todas las conductas que de ella nacen. De ese modo, Belfegor tienta a los hombres induciéndolos al conformismo, a la parálisis ajena a toda superación personal; o, en tanto que es también un demonio asociado a los descubrimientos y los inventos ingeniosos, Belfegor tienta a los hombres dotados de ingenio implantando en sus mentes ideas de inventos a través de los cuales puedan obtener riquezas fáciles y abundantes en desmedro de lo que sugieren la justicia y la honradez.

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Etimología[]

El nombre “Belfegor” es el producto de la corrupción del nombre “Ba’al Peor”, el cual era el nombre de un dios moabita al que se adoraba a veces bajo la forma de un falo. Para Leloyer, la etimología de “Belfegor” estaría ligada al hecho de que en ciertas formas de adoración se le rendía culto en cavernas donde, a través de una rendija, se le lanzaban los distintos tributos, siendo así que “fegor” significa “grieta” o “hendidura”, las cuales eran formas de referirse a las rendijas por donde le entregaban los tributos.

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Origen y presencia bíblica[]

Belfegor se originó a partir del dios asirio Baal-Peor, el cual era un dios que los moabitas adoraban en el monte Fegor, siendo así el Baal[1] del monte Fegor, razón por la cual luego se terminó comprimiendo el nombre del dios y de su lugar de adoración en el nombre “Belfegor”, nombre que con el tiempo daría lugar a la creencia en el demonio Belfegor.

En realidad no puede hablarse de la presencia bíblica del demonio Belfegor o tan siquiera de un ser con nombre “Belfegor”. Esto es así ya que ciertamente lo que aparece es el nombre “Baal-peor” o “Baal el Peor”, pero nunca el nombre “Belfegor”.

Ifrit by GENZOMAN

Los lugares donde se menciona a Baal-peor en la Biblia son: Números 25, Salmo 106: 27-29, Oseas 9:10 y Deuteronomio 4:3. En todas aquellas menciones se hace referencia a la misma situación en relación a Baal-peor: a saber, se alude al episodio en que miles de israelitas aceptaron la invitación de mujeres moabitas para fornicar en las enormes orgías que se le ofrecían a Baal-peor como parte de los rituales de adoración. Es por ello que luego, cuando a nivel extra-bíblico se originó el demonio Belfegor, aquel estuvo en parte asociado al libertinaje sexual propio de Baal-peor, el ser del cual se derivó.

Acabando este apartado, tenemos que el ejemplo más representativo de la presencia de Baal-peor en la Biblia es el de Números 25; dice así: ‹‹Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel. Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel. Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor›› (Números 25: 1-5)

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El demonio Belfegor[]

The Death...

La Cábala (núcleo del misticismo y esoterismo judío) habla del ser que nosotros conocemos como “Belfegor” bajo el nombre de “El Escudriñador” o “El Disputador”, el cual es concebido como enemigo de la Sexta Sefirot[2], Tiferet (“Belleza” en español). De ese modo, Belfegor es un agente al servicio de la qlifot que se opone a Tiferet; siendo, por consiguiente, un ser que sirve a las energías destructivas de Él Árbol de la Muerte.

Según ciertos demonólogos del siglo XVI el poder de Belfegor se ampliaba en abril. Así mismo, otros demonólogos de aquella época han hablado de Belfegor como un demonio capaz de concebir riquezas a través de inventos o descubrimientos que él implanta en las mentes de ciertos hombres. No obstante, junto a lo anterior está el hecho de que, en la concreción de tales inventos o en la aplicación de aquellos descubrimientos, Belfegor intenta llevar a los humanos por el camino del mal, fomentando principalmente la discordia a partir de la inducción de actitudes éticamente erradas en relación a las formas de adquirir , manejar y distribuir las riquezas derivadas de tales inventos.

Para el cazador de brujas y obispo jesuita Peter Binsfeld, Belfegor es, dentro de los siete príncipes del infierno, el que representa el pecado capital de la pereza (cada príncipe representa un pecado capital). Al menos de esa forma lo describe dentro de su De confessionibus maleficorum et sagarum, libro que fue publicado en 1589 y que ha pasado a ser uno de los puntales de la demonología renacentista.

Ya en el Diccionario Infernal, una obra más reciente de la Demonología publicada en 1863 por Collin de Plancy, se nos presentará al gobierno infernal dividido en cinco grupos: el primero, de príncipes y altas dignidades; el segundo, el de los llamados “ministros de despacho”; el tercero, el de embajadores; el cuarto, el de los encargados de impartir la justicia en el infierno; y el quinto, el de los encargados de las distintas funciones dentro de la gran mansión llamada “Casa de los Príncipes”. Dentro de todas esas categorías Belfegor se encuentra en el grupo de los embajadores y se encarga de representar a las Fuerzas de la Oscuridad en Francia.

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El aspecto de Belfegor[]
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A Belfegor, conocido también como el “Señor de la Apertura”, se lo ha representado de dos formas completamente diferentes. En la primera se lo ha pintado como una mujer joven y bella; en la segunda, que es la forma en que supuestamente aparece cuando se lo invoca, se lo ha representado como un demonio musculoso, de varios metros de estatura, con una barba larga, cuernos, unos pies de lobo y unas garras sucias y largas.

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El culto a Belfegor[]

Los antiguos rabinos afirmaban de forma despectiva que a Belfegor (al que ellos se referían como “Baal-peor”) se le debía adorar con excrementos en un inodoro, cuestión por la cual muchos pensaron que Belfegor era Crépios, el dios Pedo…

Ciertos estudiosos han creído que, en sus orígenes, Belfegor estuvo asociado al dios greco-romano Príapo, un dios menor de la fertilidad al cual se representaba con un enorme falo siempre erecto. La razón de aquello la vieron en ciertos procesos histórico-culturales de asociación simbólica a partir de los cuales se ligó a Príapo con las connotaciones de libertinaje sexual de Baal-peor y la forma en que se adoraba a veces a Baal-peor (se lo solía adorar bajo el aspecto de un falo).

Por otra parte, en algunos de sus estudios Bainier ha citado a Selden para informar y explicar cómo en ciertas manifestaciones del culto a Baal-peor se ofrecían víctimas humanas y los sacerdotes comían la carne de las víctimas.

Finalmente, en la Alemania medieval de mediados del siglo XII los herejes veneraban al demonio Belfegor (no al dios Baal-peor, aunque para algunos sean la misma entidad en cierta forma) a través de reuniones en casas grandes dentro de las cuales apagaban la luz y luego hacían orgías en las cuales siempre habían abundantes incestos de por medio.

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Belfegor, un símbolo de la misantropía[]

Como nota final sobre Belfegor, cuenta cierta leyenda que Satanás, intrigado por los rumores que habían llegado a él y sus demonios sobre la existencia de la felicidad conyugal en la Tierra, envío a Belfegor para que indague a profundidad si tal cosa existía. Belfegor, luego de pasar mucho tiempo investigando a los humanos, no solo que llegó a la conclusión de que la felicidad conyugal era un mito sino que, además, llegó a pensar que la naturaleza humana estaba plagada por una negatividad tal que imposibilitaba que se diera la convivencia armónica. Esta historia se ha repetido en algunas obras de la literatura moderna temprana, razón por la cual Belfegor ha llegado a ser un símbolo de la misantropía al representar la actitud de ausencia de fe en esa versión idílica de la naturaleza humana que nos ha vendido el Humanismo y que tanto profesan los filántropos; sujetos que, desde luego, serían lo contrario al misántropo Belfegor…


[1] “Baal” en realidad no es un dios sino un título que se aplicaba a varios dioses: “Baal” significa “Señor”. Así, el “Baal” del monte Fegor era el “Señor del Monte Fegor” en el sentido de que era el dios al que allí se veneraba.

[2] Las sefirot son las distintas emanaciones-aspectos de Dios. Son diez en total e incluyen entre ellas a la inteligencia, la sabiduría, la misericordia, etc. Juntas conforman el Árbol de la Vida, cuyo contrario es el Árbol de la Muerte, el cual se origina a partir de las sefirot malignas o qlifot, fuerzas surgidas a partir de los desequilibrios corruptores de las sefirot en el contexto de la dinámica concreta de la Creación. Así, el Disputador sería un ser vinculado al accionar de la qlifot Tagirion, fuerza maligna de la violencia que se opone a Tiferet entendida básicamente como la belleza espiritual irradiada del atributo de la misericordia.

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