Wiki Enciclopedia del misterio
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“Rougarou” es el nombre con que, dentro del folclore norteamericano, se denomina al mismo tipo de hombre-lobo que, en la mitología de ciertas comunidades francesas, se conoce como “loup-garou”, nombre compuesto por loup, que significa “lobo”, y garou, palabra que expresa la idea de un hombre que se transforma en animal.

“Rougarou” y “loup-garou” designan así a la misma criatura, no obstante en el folclore de Norteamérica el mito adquirió ligeras particularidades, por lo que es mejor hablar de “rougarou” para evitar confusiones, aunque en la práctica se sigan usando ambos nombres indistintamente.

En cuanto a su aspecto, el rougarou luce como un ser con cuerpo de hombre y cabeza de lobo. Dicen que vaga por los bosques y campos buscando a su presa en la oscuridad de la noche, que sus ojos son rojos y están inyectados de sangre, que puede correr de pie aunque suele merodear acechante a cuatro patas, deteniéndose y olfateando hacia izquierda y derecha en actitud depredadora; y, sobre todo, dicen que está sediento de sangre.

El rougarou en el folclore de Luisiana

Fueron los misioneros y colonos franceses quienes, al llegar a Luisiana (actual estado sureño de Estados Unidos situado en el delta del río Misisipi) en el siglo XVII, trajeron con ellos la creencia en el loup-garou, el cual fue principalmente conocido, tiempo después, como “rougarou” aunque siempre se le ha llamado de ambas formas, sabiéndose que los dos nombres hablan de la misma criatura. Según el estudioso Barry Jean Ancelet, la leyenda del rougarou es bastante común en Luisiana, zona en donde muchos se refieren al rougarou simplemente como el “monstruo”.




En las comunidades cajún, grupo étnico formado de exiliados de Acadia (antiguas colonias de Nueva Francia) en el s. XVIII, de Luisiana se cree que el rougarou ronda por los pantanos alrededor de Acadia y la Gran Nueva Orleans. Dentro de estas comunidades la leyenda se usó por generaciones como un instrumento para controlar a los niños, a quienes sus mayores les decían que el rougarou vendría a devorarlos si se portaban mal, cosa que no resultaba poco creíble para los niños teniendo en cuenta que, entre los mismos adultos, estaba difundida la creencia de que aquel que rompiese las reglas religiosas de la Cuaresma por siete años seguidos se transformaría en un rougarou.

Cierta versión de la leyenda dice que el rougarou es un hombre que ha sido condenado a una maldición de 101 días en los cuales, durante el día, se ve constreñido a ocultar su situación y a alejar toda sospecha de él para así no correr el riesgo de ser asesinado. Durante esos 101 días el rougarou se alimentará de sangre y asesinará animales, sobre todo vacas y cabras por ser éstas presas fáciles. Sin embargo lo peor de todo viene al final de los 101 días, momento en el cual necesitará beber la sangre de otro ser humano para así volver a ser normal de nuevo después de haberle pasado la maldición a aquel miserable que usó para sanarse, el cual a su vez buscará a otro ser humano al final de sus 101 días de rougarou y así la maldición perdurará a través de los tiempos indefinidamente…

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Otra versión mucho menos difundida en Luisiana dice que el rougarou es un tipo de jinete sin cabeza e incluso hay cierta versión que plantea que el rougarou es un producto de la brujería puesto que un rougarou sólo puede, o bien ser una bruja que se transformó a sí misma en rougarou, o bien ser alguien que fue maldecido por una bruja y, a consecuencia de esa maldición, se transformó en rougarou.

Finalmente y aunque sólo como elemento del folclore actualmente muerto, existió alguna vez la creencia abiertamente absurda de que a veces, en las noches oscuras y llenas de fuerte viento, los rougarous iban, sobre lomos de murciélagos gigantes, a reunirse un extraño baile en el que participaban gran cantidad de estos hombres lobo…


El rougarou en el folclore nativo americano

Aunque los nativos se refieren al licántropo como “rugaru” (muy parecido a “rougarou”), aquel nombre no expresa palabra alguna propia de la lengua ojibwa ni está vinculado a ningún idioma propio de tribus nativas cultural o geográficamente cercanas; mas, como sí se ve, tiene mucha semejanza con el francés “loup-garou”.

En el folclore de los nativos americanos existe la leyenda del wendigo, leyenda que fue relatada en una corta y popular historia de Algernon Blackwood. En la historia de Blackwood, toda persona que tenga la desgracia de ver a un wendigo será convertida en uno de estos infames y monstruosos seres.

Semejante a la versión del wendigo de Blackwood es aquella versión de la leyenda del rougarou según la cual toda persona que vea a un rougarou se transformará en uno de ellos y tendrá que vagar indefinidamente por los bosques en ese estado.

Podría así surgir la impresión de que ambas leyendas están unidas pero, según el especialista Peter Matthiessen, el rougarou es una leyenda independiente y su principal diferencia con el wendigo es que, mientras que el wendigo es temido y está primordialmente asociado a la esfera del terror, el rougarou es considerado por los nativos como un ser sagrado que está en sintonía con la Naturaleza y la Madre Tierra.

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Algunas veces la gente ha creído erróneamente que el rougarou podría tratarse de Pie Grande, pero los especialistas descartan la existencia de elementos a partir de los cuales se pueda postular dicha identificación en el marco del folclor indígena o nativo.


¿Existe realmente el rougarou?

Un hecho fundamental que sirvió para fijar la leyenda fue la ignorancia y falta de conocimiento del mundo exterior, propia sobre todo de las primeras generaciones de colonos que se asentaron en un lugar totalmente desconocido para ellos y que temían y respetaban. Gracias a esto fue posible que junto a una mentalidad suficientemente supersticiosa, y el asombro que producía la naturaleza indómita del Nuevo Continente, se suscitara la fijación simbólica de ancestrales miedos e impresiones colectivas en la figura mítica del licántropo.

Ya en cuanto a su perduración en el tiempo, el especialista en folklore Barry Jean Ancelet dice: “Si creen en serio que hay o no un personaje que deambula por la noche es algo que carece de importancia. Ellos creen en los cuentos, creen en la posibilidad de asustar a la gente a través de historias y eso se convierte en una forma de conectar a una generación con la siguiente”. En parte por lo anterior la gente incorporó a su vida cotidiana los cuentos sobre el rougarou y, pese a que de generación en generación los matices fueron surgiendo y modificándose, la esencia siempre se preservó debido en parte al carácter de patrimonio cultural del mito y al orgullo que para la gente ha tendido a significar el comunicar una leyenda que forma parte de una identidad colectiva y está vinculada al valor que un pueblo atribuye a sus raíces antes de la llegada al Nuevo Continente.

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